Fue un compositor barroco de categoría singular y de fina sensibilidad religiosa. Organista de la catedral de Huesca y de la Seo de Zaragoza, su inspiración resultó elevada y su prestigio influyente
Sus obras, al estilo de los diversos modelos de Magníficat a los que puso música, a 4, 6 y hasta 8 voces, fueron muy alabadas por el público selecto, transformándose en verdaderos actos de piedad, modelos de catequesis musicales y de plegarias cantadas.